Vaslav Nijinsky
(Vaslav
o Vaslaw Fómich Nijinski o Nijinsky; Kiev, 1890 - Londres, 1950) Bailarín ruso,
considerado una de las figuras más revolucionarias en el mundo de la danza y,
quizá, el mejor bailarín del siglo XX.
Su
padre, Tomás Laurentiyevich Nijinsky, pertenecía a la cuarta generación de una
familia de bailarines polacos y había conocido cierta fama en su juventud
gracias a su virtuosismo y a sus extraordinarios saltos; su madre, Eleanora
Bereda, era hija de un acaudalado terrateniente que se suicidó de un tiro al
perder su fortuna en el juego. Ambos eran propietarios de una compañía de danza
con la que habían recorrido toda Rusia en sus giras.
La
niñez de Vaslav transcurrió en su mayor parte en el Cáucaso, bailando junto a
sus hermanos Stanislav y Bronislava en la compañía familiar. Su madre, tras
haber sido abandonada por su marido, quien se enamoró de una mujer mucho más
joven que ella, inscribió a los tres hermanos en la Escuela Imperial de San
Petersburgo con el fin de que pudieran salir de la miseria a la que la
situación familiar les había abocado. Allí estudiaron bajo la dirección de
Nicolai Legat.
Con
tan sólo nueve años Vaslav ya estaba considerado un niño superdotado para la
danza. Sus progresos fueron asombrosos, al extremo de que, cuando tenía
dieciséis años, sus maestros le instaron a graduarse en ese momento,
ofrecimiento que él declinó al preferir completar el período normal de
aprendizaje. El día 14 de julio de 1907 debutó en el Teatro Maryinsky con el
ballet La Source, junto a la bailarina rusa Julia Sedova. Cuando
finalizó su actuación, el público y los críticos prorrumpieron en entusiasmados
aplausos, lo cual confirmó todas las predicciones de sus maestros.
En
mayo de 1908 bailó un pas de deux con la célebre Liudmila Scholar, lo
que indujo a la bailarina Kchessinskaia, favorita del zar, a elegirlo como
pareja especial. Su carrera en el Teatro Imperial fue meteórica, con
interpretaciones memorables en los ballets Eunice (1907), Le Pavillon
d'Armide (1907) y Noches Egipcias (1908), todos con coreografías de
Mikhail Fokine.
En
1909 fue contratado en calidad de bailarín principal y coreógrafo para la
presentación de la nueva compañía de Diaghilev. Éste era el principal asistente
de los Teatros Imperiales rusos, y había sido comisionado por el Gran Duque
Vladimir para organizar una nueva compañía de ballet con lo más granado del
Maryinsky y del Bolshoi. La compañía, a la que llamó Ballet ruso, puso en
escena los nuevos ballets de Fokine, Las sílfides (1909) y Scheherazade
(1910). En 1911 llegaron El espectro de la rosa, Narciso, El
lago de los cisnes y el estreno mundial del ballet Petrouchka, con
música de Stravinsky.
Nijinsky, junto a Tamara Karsavina y Anna Pavlova, protagonizó la mayor parte
de estos montajes.
Esta
fulgurante carrera se vio interrumpida cuando fue despedido, supuestamente, por
exhibicionismo (se dice que se masturbó en escena) en una representación ante
la emperatriz. Según otras versiones, fue expulsado del Teatro Marinsky por un
desacuerdo sobre su vestuario en Giselle. Con todo permaneció como
miembro estable del Ballet Ruso de Diaghilev, compañía que por aquel entonces
constituía la mayor sensación del mundo artístico.
En
1912, Diaghilev decidió marchar con su compañía a París; allí se estrenaron El
dios azul y Dafnis y Cloe, dos ballets que dejaron al público
parisino boquiabierto. Sin embargo, la auténtica conmoción estaba aún por
llegar: el 17 de mayo, Nijinsky salió al escenario del Theatre du Châtelet para
bailar La siesta de un fauno, una de las pocas coreografías creada por
él, con música de Debussy.
La
expresividad y belleza de su cuerpo, ligero como una pluma y al mismo tiempo
fuerte como el acero, unidas a la increíble altura de sus saltos y al
dramatismo de la interpretación deslumbraron al público. Las opiniones de los
expertos fueron controvertidas; el periodista de Le Figaro Gaston
Calmette lanzó contra él furibundos ataques, en los que ponía en duda la
calidad moral -cuando no la artística- de la actuación, mientras que el
escultor Rodin, que se había quedado impresionado durante el estreno, se erigió
en defensor de Nijinsky y le hizo una estatua.
Comenzada
ya su carrera como coreógrafo, al año siguiente preparó La consagración de
la Primavera, en la que estuvo asistido por Marie Rambert y que supuso una
revolución en la utilización del complejo mundo sonoro y rítmico de Stravinsky.
Para el Ballet ruso de Diaghilev creó también Jeux (1913) y Till
Eulenspiegel (1917), otra original y de atrevida composición, con música de
Richard
Strauss, que fue estrenada en el Manhattan Opera House de Nueva York el 23
de octubre de 1916.
En
1913, el Ballet ruso fue enviado en gira artística a Norteamérica, mientras
Diaghilev permanecía en Europa. Los problemas que surgieron entre ellos, fruto
de la estrecha relación personal y sexual que mantenían y que había degenerado
en enfrentamiento, hizo que Nijinsky, al llegar a Buenos Aires, se casara con
Romola de Pulszky, una bailarina húngara miembro de la compañía. Se rompió así
definitivamente la relación con Diaghilev, relación que, por otra parte,
siempre había sido tormentosa; el director, furioso con su protegido, le
despidió junto a su mujer el 10 de septiembre de ese año.
Tras
su matrimonio, la carrera de Nijinsky empezó a declinar. Volvió a Londres y
montó una pequeña compañía con la que bailó en el Palace Theater. Aunque
trabajó sin descanso dando clases de danza en su propia escuela, no hizo
fortuna. Su mujer fue responsable de ello en gran medida: extremadamente
celosa, lo obligaba a pasar junto a ella todo el tiempo, hasta el punto de no
permitirle poner en escena el ballet El carnaval, en el que había
trabajado duramente.
Poco
después se dirigió con su esposa a Austria, donde les sorprendió la Primera
Guerra Mundial. Por su condición de ruso, el bailarín fue recluido en Budapest
y luego en Viena hasta que, finalmente, se le canjeó por el notable crítico de
arte Meier-Graefe, que había sido internado en Rusia. En 1916 se incorporó de
nuevo a la compañía de Diaghilev, que se disponía a emprender una gira por
Estados Unidos y Sudamérica, durante la cual se presentaría el ballet antes
mencionado, Till Eulenspiegel.
Comentario
Este bailarin me gusta mucho ya que fue muy
disiplinado y empezó desde muy joven sus estudios en danza, además fue maestro
en varios lugares debido y tuvo un gran reconocimiento debido a su gran trabajo
como bailarin y como coreógrafo.
David
Paúl Martínez